“Una imagen vale más que mil palabras”
Esta frase me encanta ponerla aquí (y en todos lados, en realidad) porqué le queda como anillo al dedo. Cuando entramos en un portal inmobiliario en busca de la casa de nuestros sueños y vemos muchas casas que pudieran habernos gustado si la fotografía no hubiese sido oscura, desencuadrada, cerradas y mal hechas en general, nuestros sueños se derrumban. Se ha demostrado en innumerables ocasiones el valor de una imagen durante el proceso de venta o alquiler de una vivienda. Sin lugar a dudas, es el primer detalle en el que se fija una persona cuando ve una propuesta de venta en cualquier portal inmobiliario. Si la exposición de tu propiedad es inadecuada, el público reaccionará con poco interés ante tu oferta. La mejor herramienta de marketing para ganar la confianza de un cliente potencial es a través de buenas fotografías de interiores.
Hay que tener en cuenta que la fotografía para inmuebles, sea la venta a través de una inmobiliaria o de un particular, si la hace un profesional, es una inversión, no un gasto, porqué las imágenes de calidad van a permitirte diferenciarte de la competencia y captar la atención de los posibles compradores antes que una publicación de una casa que no tenga una fotografía profesional.
Por esto y mucho más creo conveniente dedicarle un artículo entero a la fotografía inmobiliaria.
Entonces, la primera impresión es clave cuándo vamos a visitar una casa, por esta razón, el primer paso que damos a la hora de publicar una vivida para darla a conocer y conseguir una visita para ella, es la fotografía.
¿Entonces cómo conseguimos una buena fotografía?
A menudo se dedica poco tiempo y cuidado en la realización de la fotografía, debemos tener en cuenta el encuadre y la luz, en cada una de ellas y en cada una de las estancias, hay conocer la orientación de la vivienda para determinar el mejor momento de luz en ella.
Podemos jugar con los elementos que vemos, ordenar, quitar y/o recolocarlos estratégicamente para que quede bien en la fotografía, quitar objetos personales, no recargar de decoración, ventanas y suelos limpios, quitar los imanes y papeles que todos tenemos en la nevera y hacer una sesión con todas las persianas abiertas y luces también.
Es importante que usemos un trípode con la cámara cuando vayamos a fotografiar una casa, ya que necesitaremos varias exposiciones distintas para poder tener una fotografía con estancia y ventanas bien expuestas y tendremos que usar el tiempo para que entre suficiente luz a la cámara y nos queden unas imágenes luminosas.
Si hay alguna cosa a destacar, podemos hacer alguna foto de detalles importantes o curiosos de la vivienda, pero siempre como un más a más. El exterior, es igual de importante que el interior. Sobretodo si el inmueble tiene jardín o terraza, pero también fotografías de la calle, de la fachada, hechas desde la ventana o de algún parque cerca si hay.